Comentario
Así es el estilo artístico que anima la sensualidad popular de Bengala, entonces gobernada por la dinastía Pala. En su lenta decadencia, el budismo ha logrado sobrevivir en algunas zonas limítrofes de India, como es el caso bengalí, gracias al sincretismo con cultos locales muy arraigados en la tradición popular. Este tardío budismo mahayánico se soporta en Bengala gracias a una abundante imaginería, ya no sólo de Budas y de bodisatvas sino también de ¡diosas! y de múltiples divinidades apócrifas, pertenecientes a la tradición popular.Lejos de la abstracción y la contención del clasicismo gupta, el estilo bengalí se recrea en formas voluptuosas y trata las superficies de piedra con un detallismo y unos efectos táctiles propios de un material más dúctil, como si se tratara de piezas de orfebrería; así se plasma el famoso Torso de Sanchi, una de las obras maestras del arte bengalí.Para la mejor comprensión de esta gran estatuaria en piedra hay que tener presente la producción masiva de bronces que los talleres de Bengala fundieron para la exportación al Sudeste Asiático. La expansión budista por Indochina e Indonesia partió principalmente de los puertos del Golfo de Bengala, mientras que la hinduista lo hizo desde los puertos meridionales de la costa Coromandel. De ahí la gran influencia del estilo bengalí en todo el arte indianizado de ultramar.Y lo que se aplica a la escultura es también perfectamente extensible a la arquitectura. El templo de Paharpur en Bengala fue el modelo principal de los templos-montañas camboyanos y javaneses. El templo de Paharpur se caracteriza por su planteamiento ecléctico entre el budismo y el hinduismo: la planta, cruciforme, está formada por una sola cela con cuatro pórticos adelantados, y una alta (30 m) cubierta escalonada troncopiramidal, que obedecen más a la concepción del templo hindú como morada del dios, que al templo de peregrinación o chaitya budista. Sin embargo, este templo se ubica en un enorme recinto rectangular (150 x 100 m) compuesto por una sucesión infinita de celdas de monjes a la manera de un gran monasterio budista. La mezcla de budismo e hinduismo en la definición de su estilo artístico refleja naturalmente el eclecticismo religioso del mundo bengalí, pues en este templo budista adornado con 3.000 paneles esculpidos en terracota y 63 esculturas en piedra predominan paradójicamente las divinidades hindúes.No lejos de este inmenso complejo se encuentra otro templo rectangular construido en ladrillo y dedicado a la diosa budista Tara y cuya estructura, similar a la anterior, es un modelo muy repetido en Birmania, Java y Camboya. Este templo de Tara, si damos crédito a una de sus inscripciones, fue fundado por un monje budista llamado Vipulashrimitra.